martes, 15 de enero de 2008

Y todo por las mujeres

Por si fueran pocos, al debate machista se suma hoy un argumento de los difícilmente rebatibles: cómo cambió la vida de 'El solitario' cuando se enamoró de una mujer.

El conocido atracador y asesino, en versión de la policía, llevaba la nada despreciable cantidad de 14 años cometiendo todo tipo de hurtos en su lucha casi perfecta e imparable "contra tiranos y capitalistas". Muchos proyectos de robo consumados con limpieza, muchas horas de aprendizaje, sobre todo de los errores propios, que concluyeron el día que se enamoró de una mujer.

Es ahí cuando, siempre según los agentes del orden, comenzó a descuidar su esmerada técnica, su limpieza de ejecución, lo que le llevó a estar entre rejas.

Fue en Brasil donde perdió la cabeza por ella. Tan loquito quedó por sus huesos que comenzó a cometer errores y a faltarle el dinero a pesar de los más de 600.000 euros en que se cifra su botín de hurtos a lo largo de su historia delictiva. Por ella intentó llevar una vida ejemplar, de buen compañero y hasta yerno, llenando a la doña de presentes caros, a su hija (de ella) de los últimos gritos en la tecnología de los videojuegos y a su suegra, de las técnicas más avanzadas para la limpieza del hogar.

Amparado en una falsa profesión, llegó incluso a idear, en su intento de corregir su caminar errático por el mundo, un proyecto de negocio legal y con futuro en la tierra de su prometida, deseando una vida común, de esas de las que ya ni tenía noticia.

Y fue por ella por quien se arriesgó en aquel banco de Portugal de donde salió con esposas, pero de las metálicas.

Las fuentes policiales aseguran que 'El solitario' era muy machista, creencia siempre equivocada en la que basan el motivo de su definitivo error: menospreciaba a las mujeres policías, absolutamente convencido de que eran incapaces de realizar este tipo de trabajo.

En este punto de la historia es donde se cruza en la vida de 'El solitario' la cuarta de sus mujeres. Más bien, la cuarta aparición estaba compuesta por un grupo de agentes femeninos de la policía portuguesa que, demostrando que las neuronas y la inteligencia no tienen sexo, ideó un plan para pillar al machista en su propio error, consiguiéndolo, por supuesto.

Fueron mujeres las que le hicieron cambiar y fueron mujeres las que le detuvieron, lo que confirma lo mal orientado que está el machismo del mundo.

Por eso, 'El solitario' está ahora en la cárcel. Seguro que, a estas alturas, ya no se atreve a despreciar el poder de las mujeres.

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