domingo, 23 de diciembre de 2007

Para qué sirve el iTunes

No, no acertaron. Los tiros no van por ahí. No voy a hablar de las beldades
de ese programa sin par al que nunca sacaré todo el beneficio por auténtico
desconocimiento del medio multimedia.


Les voy a contar algo que no saben: el iTunes también sirve para saber
cuándo caduca tu tarjeta de crédito. Es en momentos como este, con el
programita adviendo de algo tan simple, cuando me siento como el
protagonista de 1984: un simple ser humano observado por un Gran Hermano.
El iTunes me ha hecho recapacitar sobre lo vendidos que estamos ante la
multitud de elementos de control a los que nos exponen las nuevas
tecnologías, y que no conocemos. El temor se hace grande con este mismo
blog: quién lo lee, qué hará con estos datos (insulsos y sin mayor uso,
como pueden comprobar). Pero, sobre todo, ¿a qué lista me añadirán para
luego barrerme a spaming hasta agotar mi ya de por sí empobrecida
paciencia?


El iTunes dichoso me hecho caer, además, en crisis: ¿saben qué puede
significar darse cuenta un lunes 24 de diciembre de que tu tarjeta Visa,
gran aliada de las compras desesperadas de final de mes, está caducada en
plenas fiestas navideñas? ¿Son conscientes del drama personal en el que voy
cayendo por momentos...?


Pero, stop. Algo está amortiguando la caída... Claro que sí: se llama paga
extra. ¡Bendita prórroga vital, salvadora de males mayores, paga extra de
Navidad! Y pensar que hay quien la prorratea... Perdónales, Dios, porque no
saben lo que hacen.

La magia de los números

La Navidad, época de bombillos de colores, de excesos gastronómicos y de compras consumistas. Pero si algo caracteriza realmente a la Navidad son los números.

Desde que se acercan los días señalados, las conversaciones comienzan a rondar en torno a números: "¿sales el 24 o el 31?" "Yo el 31, que el 24 es más familiar".

¿A dónde se fueron las palabras? Se acabaron la Nochebuena y la Nochevieja. Fueron sustituidos por números.Pero donde de verdad se observa la influencia de los números es el 22, el día de la Lotería de Navidad. En esa jornada, y sobre todo durante la noche anterior, los sueños se desbordan en torno a unas cifras, generalmente uno: la terminación de uno de los números en juego.

Y las noticias publicadas en torno al evento son auténticos bailes de cifras. Así, para el sorteo del 2007 nos hemos enterado de que los favoritos eran el 3, el 5 y el 9. Todos impares. Finalmente, el Gordo terminó en 1, con lo que el único acierto quedó en que sigue siendo impar.

Impar era, para Pitágoras, lo perfecto, lo redondo y, por supuesto, desde su punto de vista, lo masculino. Para las mujeres nos reservaba lo par, los ángulos del cuadrado, la imperfección. Siguiendo esta teoría, el matemático establecía el sumum de la divinidad en el 7, que para él era el número de la perfección absoluta.

En este mundo de números llega hasta mis oídos la fórmula mágica, anunciada en la radio en la víspera de la Lotería de Navidad por un experto en cifras. Él decía que cada persona tiene un número que le caracteriza, marcando su destino. La fórmula de calcularlo se resume en una suma: la de los guarismos de la fecha de nacimiento, contando el año por sus dos últimas cifras, se entiende.

A pesar de que los números no son lo mío, hice mentalmente la suma mientras conducía (esfuerzo ímprobo) y el resultado, gran sorpresa, fue 7. ¿Y qué hacemos con Pitágoras? Quizá el destino esté por encima del sexo y pueda tener un ascendente masculino que me caracterice dentro de mi perfección...

Aunque lo más probable de todo es que Pitágoras nunca llegara a oír al experto de la radio y no supiera nunca cuán fácil es averiguar el número del destino de cada cual.

jueves, 6 de diciembre de 2007

El no novio de Yaiza

A Yaiza la torea un tío. Un amigo de un primo suyo que conoció hace unos meses y que, mientras ella salía con su antiguo novio, la cortejaba por teléfono. "Pero ha sido dejarlo con el otro, y ahora me ignora", me comentaba ayer en medio del asombro.

Puede que se deba a los 23 años de Yaiza. Aunque más bien creo que se debe a los 32 del otro. Lo cierto es que el chaval en cuestión, del que sé mucho sin conocer su nombre, la torea.

Se pasó meses diciéndole cosas del estilo "no me importa que tegas novio; yo tiro p'alante". Y ahora, sin éxámenes ni aliciente, ni le responde a los sms.

Eso sí, Yaiza me comenta que puede deberse a un rollo que tuvo ella con su mejor amigo. "Que si es por eso, que me lo diga, ¿no? Es un inmaduro".

Pobre Yaiza, demasiado moderna para esta sociedad de hombres. Los tíos de hoy día no están preparados aún para soportar que la mujer a la que le han echado el ojo se haya ido antes con su mejor amigo. Ni siquiera están preparados para aguantar la constancia de que pueda haber habido antes otros hombres.

Que si fuera al revés, a Yaiza le aguantaba el mosqueo un asalto. Pero cuando topamos con la moral masculina...

¿Están preparados nuestros hombres para la vida morderna femenina? ¿Quizá el principal obstánculo a la liberalización sexual de la mujer sea el hombre?

Lo cierto es que '32 años' está haciendo pagar caro a Yaiza lo que él mismo habrá hecho con otras durante tantas noches mientras escribía dulces mensajes al móvil de ella, frente a lunas repletas de besos ajenos. Pero claro, eso es distinto.