domingo, 23 de diciembre de 2007

La magia de los números

La Navidad, época de bombillos de colores, de excesos gastronómicos y de compras consumistas. Pero si algo caracteriza realmente a la Navidad son los números.

Desde que se acercan los días señalados, las conversaciones comienzan a rondar en torno a números: "¿sales el 24 o el 31?" "Yo el 31, que el 24 es más familiar".

¿A dónde se fueron las palabras? Se acabaron la Nochebuena y la Nochevieja. Fueron sustituidos por números.Pero donde de verdad se observa la influencia de los números es el 22, el día de la Lotería de Navidad. En esa jornada, y sobre todo durante la noche anterior, los sueños se desbordan en torno a unas cifras, generalmente uno: la terminación de uno de los números en juego.

Y las noticias publicadas en torno al evento son auténticos bailes de cifras. Así, para el sorteo del 2007 nos hemos enterado de que los favoritos eran el 3, el 5 y el 9. Todos impares. Finalmente, el Gordo terminó en 1, con lo que el único acierto quedó en que sigue siendo impar.

Impar era, para Pitágoras, lo perfecto, lo redondo y, por supuesto, desde su punto de vista, lo masculino. Para las mujeres nos reservaba lo par, los ángulos del cuadrado, la imperfección. Siguiendo esta teoría, el matemático establecía el sumum de la divinidad en el 7, que para él era el número de la perfección absoluta.

En este mundo de números llega hasta mis oídos la fórmula mágica, anunciada en la radio en la víspera de la Lotería de Navidad por un experto en cifras. Él decía que cada persona tiene un número que le caracteriza, marcando su destino. La fórmula de calcularlo se resume en una suma: la de los guarismos de la fecha de nacimiento, contando el año por sus dos últimas cifras, se entiende.

A pesar de que los números no son lo mío, hice mentalmente la suma mientras conducía (esfuerzo ímprobo) y el resultado, gran sorpresa, fue 7. ¿Y qué hacemos con Pitágoras? Quizá el destino esté por encima del sexo y pueda tener un ascendente masculino que me caracterice dentro de mi perfección...

Aunque lo más probable de todo es que Pitágoras nunca llegara a oír al experto de la radio y no supiera nunca cuán fácil es averiguar el número del destino de cada cual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy acertada la idea. Es curioso, pero yo también pienso que el mundo está lleno de números. Y creo que oímos el mismo pograma de radio.
Me encanta el tema y cómo escribes. Pero prodígate más, eh?