domingo, 24 de febrero de 2008

La resaca de otros

Hacía una mañana espléndida. El sol brillaba, calentando la tierra húmeda aún por el frío de la noche. En el campo, el verdor se acrecentaba, para deleite de miles de domingueros con niños traviesos. En la playa, la marea baja y el mar quieto invitaban al paseo matutino a los viejos de la zona.


En esos momentos, las camas de los más jóven estaban llenas de vida durmiente. Y la mía no era distinta de las demás. La vía había existido unas horas antes a través de las caretas, en ojos de caras pintadas a juego con indumentarias imposibles lejos del Carnaval.


Pero en las fistas de don carnal se permite todo. Incluso pasarte el domingo embebido en la tele o durmiendo a deshoras la resaca correspondiente.


Esas jornadas dominicales de resacas propias sólo se echan en falta cuando son pasado. Más bien, lo que se añora es la noche anterior, pero la conciencia se toma el domingo por la mañana, cuando el desperador de tu hija suena a las 7.20, igualmente que el resto de los días, ajeno completamente al día de la semana o la resaca de la historia.


Es entonces cuando te viene a la cabeza el tran traído "Un hijo cambia mucho la vida" y que sumerges en la nostalgia de otros tiempos, por los que, siendo sicera contigo misma, no te cambiarías.


Cosas de la vida.
Add to Technorati Favorites

sábado, 23 de febrero de 2008

¿Cuánto vale mi voto?

Indecisa. Lo confieso. Aún no tengo claro a quién voy a votar el próximo 9 de marzo.

Es la primera vez que estoy en un punto tan sin retorno a tan poco tiempo de las votaciones. Y justo en este momento me llega a través de Mangas Verdes la idea genial: vender mi voto.

Ya lo hacen en eBay por hasta 100 euros.

Yo me conformo con 50.

¿Lo quiere? Pues responda a este post y será suyo.
Technorati Profile
Add to Technorati Favorites

miércoles, 20 de febrero de 2008

Habemos Ave

Qué envidia. Poder esquivar la tiranía de Iberia haciendo kilómetros vía terrestre.

Hoy es un día especial para el sector de los transportes en España: el Ave que une Madrid y Barcelona ha comenzado a funcionar. A tres semanas de las elecciones, es decir, justo a tiempo. Contra todo pronóstico.

En el otro lado, Iberia daba a sus viajeros de esta jornada tan especial un pasquín informando de los tiempos que se tarda en otros traslados si se opta por el Ave abandonando el puente aéreo. Toda una estrategia de respuesta porque la compañía de aviación comienza a verle las orejas al lobo.

Seguro que muchos canarios mirarán también con envidia, sana siempre, la posibilidad de hacer un trayecto terrestre a 300 kilómetros por hora y, sobre todo, la de evitar a la tirana compañía de bandera, hoy con las orejas gachas.

A disfrutarlo.

martes, 5 de febrero de 2008

Vaya país para opinar

El deporte nacional no es el fútbol: es la crítica. Gratis, ligera, detonante de respuesta, presta a salir por cualquier boca carente, en la mayor parte de los casos, de refrendo o base informada.

Así oí ayer un dislate radiofónico con el que un contertulio (qué fácil es participar en algunas tertulias radiofónicas) alzaba su voz en grito contra el desfase horario de la retransimisión televisiva de la gala de los Goya, retrasada para no degollar el espectáculo de la pequeña pantalla. Se preguntaba el elemento qué sentido tendría dar una retransmisión de la que alguien ya conocía el resultado. Y automáticamente caí en la de veces que he apagado la radio o alejado el teletexto para no conocer un resultado deportivo de un encuentro que me disponía a ver por televisión, o el podio final de una carrera de Fórmula 1 disputada en la madrugada y emitida en diferido a horas menos intempestivas.

El espectáculo seguía estando ahí, aunque el resultado ya estuviera dado. Y la forma de disfrutarlo era obviar el final para así poder vivir unas horas de espectáculo sin tener que madrugar ni hacer otro tipo de esfuerzos.

Por eso me pareció tan absurda y sin sentido la crítica del contertulio, que bien podía dejar de oír la radio o consultar internet para centrarse en la tele y disfrutar de su gala de los Goya a tiempo diferido.

Y pensaba dejarlo aquí, pero hoy me ha llegado la guinda a la idea en las reacciones de los lectores a una noticia publicada por Canarias7.es. Tras el titular que ubica a dos canarios en Chad operando, se disgregan opiniones incomprensibles, críticas a un trabajo lejano cuando hay tanto aquí, egocentrismo llegado al extremo de no comprender la acción altruista de dos médicos decididos a viajar lejos para trabajar en una sociedad donde ni huelen la mitad de los avances que goza Canarias.

Pero como todos tenemos derecho a opinar: "esa solidaridad debe comenzar por los que tenemos cerca de nosotros", dice uno.

En fin, vaya país para opinar.

lunes, 4 de febrero de 2008

Pinos, dunas y dudas

Los símbolos naturales de Gran Canaria atraviesan uno de los peores momentos de su historia. A la caída de gran parte del Dedo de Dios, en Agaete, por efecto del viento, se sumaba hace unos días la noticia del oficial reconocimiento por parte del Gobierno canario sobre la futura desaparición de las dunas de Maspalomas, emblemático paraje del que no quedarán más que fotos dentro de 40 años.

Para completar el triángulo devastador, la pasada semana cayó el pino de Pilancones.

Recuerdo el día que comí bajo su sombra. Sinceramente, me decepcionó. Era un emblema tan contado que la expectativa era inmensa. Sin embargo, en todas las canciones y las leyendas se omitía que un desalmado había pasado por allí con una cerilla en el bolsillo y la había prendido, emprendiéndola con el pino centenario.

Así que lo vi ya con un agujero en su inmenso tronco, lo que constituyó una estampa desoladora, lejana al placer que la larga caminata merecía como final.

Aún así, la visita mereció la pena porque aquel lugar aún albergaba la magia que tienen esos sitios a los que llegan contadas personas: como el barranco de Ayagaures en sus mejores tiempos o el camino de Gui-gui, que tuve el inmenso placer, recomendable, por cierto, de hacer a la luz de una inmensa luna.

Con la caída de Pilancones se cierra, esperemos, un triángulo de desastres naturales en Gran Canaria, asolada además por un incendio, el del verano pasado, que encogió el alma de los más despreocupados.

Tres desastres y una duda: ¿quién está haciendo qué por Gran Canaria? Lo único coherente lo apuntaba un ciudadano el mismo día en que se conocía la noticia de la caída de Pilancones: una campaña para repoblar el campo (como lo llamamos los canariones) y plantar diez donde hubo uno.

Quiero pensar que alguna autoridad de bolsillo bien comido ya se haya puesto manos a la obra. Sería un buen regalo.